LA SALUD PÚBLICA EN DISPUTA

13 diciembre, 2016 
0



Vivian Palmbaum/El Furgón* – En el mes de agosto pasado se firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que promueve la Cobertura Universal de Salud (CUS), que parece avanzar contra el sistema público de salud. Asociaciones de salud, gremios, organizaciones sociales dieron la voz de alerta y se reunieron de manera urgente para considerar las implicaciones de esta cobertura. Por eso, es necesario repensar el modelo de gestión de salud pública a partir de la participación popular, para que sus derechos no puedan ser manipulados por el poder de turno.
A partir de un Decreto de Necesidad y Urgencia se oficializan la implementación de la Cobertura Universal de Salud.  Se firmó en agosto y pasó casi inadvertido, salvo para algunos medios como La Nación, que presentaba la noticia con gran optimismo. Políticas de negocios que le llaman.
La tercerización de los servicios de salud destinado principalmente a los sectores que no tienen otra cobertura amenaza con desfinanciar nuestro reconocido sistema de salud público, con la excusa de la vigencia de la CUS. Un sistema que se viene extendiendo a nivel regional, y aborda  la universalidad de la cobertura de salud pública bajo un modelo que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el financiamiento de organismos multilaterales de crédito, como el Banco Mundial. Un patrón uniforme que se amplía al ritmo que la industria farmacéutica y la medicalización de la vida cotidiana, engrandece un negocio invisibilizado, que parece amenazar cualquier saber que no provenga de las corporaciones, emblema del sistema neoliberal. Uniformidad, individualismo, sin función social del Estado y privatización  son algunas de las claves ocultas en el paradigma neoliberal de consumo, que riega nuestro planeta.
Con organización desde la academia y el territorio
La Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES) tomó la iniciativa y convocó rápidamente a distintos sectores comprometidos con la salud pública, en lo que se transformó en la Multisectorial por el Derecho a la Salud, que deliberó en la ciudad de Buenos Aires. Con la participación de académicos de disciplinas diversas, ligadas a organizaciones como ALAMES, CICOP, Movimiento para la Salud de los Pueblos, entre otras, y representantes de organizaciones sociales con inserción territorial como el Movimiento Popular La Dignidad, la Corriente Villera Independiente, Seamos Libres, Patria Grande, CTEP, el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento Trabajadores Excluidos, y Organización Social y Política Los Pibes.
ALAMES viene trabajando en pos de la salud pública como un derecho universal y advierte que la implementación de la CUS en nuestro país, podría hacer retroceder la salud pública como un derecho universal.
La salud pública en Argentina es universal y gratuita y permite el acceso a miles de personas a un sistema que responde con distintos niveles de complejidad. Es un modelo que lleva en curso más de 50 años y  garantiza el acceso a la salud de la población, sin distinción.
En el año 2014, ALAMES, en el marco del Taller pre-XIII Congreso Latinoamericano de Medicina Social y Salud Colectiva, aportaba entre sus conclusiones algunas advertencias: “Las reformas regresivas de Sistemas de Salud y Seguridad Social (basadas en Aseguramiento en Salud, Protecciones Sociales Focales-Segmentadas, y la privatización de pensiones y jubilaciones) en países como Guatemala, México, Colombia, Perú, República Dominicana, Chile, entre otras regiones de Latinoamérica es desde dónde instala la hegemonía liberal la base conceptual-ideológica y epistémica del “gerenciamiento del riesgo social”, impulsando un tipo de diseño de políticas públicas con un objetivo fundamental: el relanzamiento de la lógica y planes de “aseguramiento en salud” y ampliación de mercados para la acumulación de capital en el campo de la salud colectiva, como en las pensiones-jubilaciones y protecciones sociales.
Estas propuestas emanan de las tecnocracias del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), asociados a la propia Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la OMS e, incluso, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con su campaña de “pisos mínimos de protección social”, capturando a un sector del movimiento sindical mundial y a muchas organizaciones internacionales de la sociedad civil. Este ideario no es el camino de respuesta para los problemas, necesidades y prioridades de protección de la vida en nuestros pueblos.
Saber popular
En la Multisectorial la presencia de las organizaciones populares hizo su aporte, mostrando la participación del pueblo en la organización y gestión de sus necesidades como actores de la salud. Ejemplos como la gestión popular de salud, que se hace en las villas de la ciudad, con la organización comunitaria para enfrentar el abandono del Estado, que se profundiza con las políticas de la actual gestión. Acciones territoriales de gestión de vivienda, de protección a la infancia, de educación popular, de trabajo popular como la limpieza, descacharrización, elaboración de repelentes naturales en las villas y asentamientos, son algunas de las necesidades a las que los sectores populares responden con organización.
Universalidad de un sistema de salud que gestiona el Estado, según el mejor criterio académico, más o menos alejado del paradigma neoliberal y otro modelo de construcción de poder popular, ligado a la salud, que permitirá apropiarse de lo conquistado con la verdadera participación y protagonismo y no con el asistencialismo.
Financiar las empresas y desfinanciar la salud pública
¿Quién podría objetar las buenas intenciones del CUS,  que se presentan garantizando la salud de la población más vulnerable y que tiene menor acceso?
Los recursos destinados a la CUS provendrán el Fondo Solidario de Redistribución (FSR), un recurso reservado para respaldar el Seguro Nacional de Salud que integran las obras sociales. El FSR está integrado con el 15% de los aportes de todos los empleados del país para obras sociales y tiene una serie de programas para compensar a las mismas obras y financiar la asistencia para tratamientos especiales de discapacitados y de alta complejidad, entre otros.
En los considerandos del DNU se explica que hay un excedente de estos fondos, que no fueron aplicados en el período anterior y que irán a financiar el CUS. Toda una ingeniería financiera que hace dudar de la capacidad de respuesta del sistema frente a los casos de discapacidad o para los tratamientos costosos que contaban con cobertura por parte del Estado.
La letra no tan chica
Las políticas de la actual alianza de gobierno Cambiemos han producido durante este primer año una masiva transferencia de recursos hacia el sector privado, a través del gerenciamiento de los CEOS investidos de ministros. Bajo la misma lógica esperamos que un sistema de salud, disfrazado con las mejores intenciones, transfiera recursos a uno de los sectores más poderosos a nivel global: las corporaciones médico-farmacéuticas.
La CUS es una política que se viene expandiendo a nivel regional, impulsada por la OMS y la OPS. Está pensada bajo una lógica mercantil que asocia la salud con las dificultades para que las personas puedan alcanzar su financiamiento. Por lo visto, no parece suficiente salir a defender contra todas las embestidas a nuestro preciado sistema público de salud.
Usualmente tenemos una percepción de la salud cuando la perdemos, cuando nos sentimos mal, cuando nos pasa algo. En el sentido común, la salud no es apreciada como una necesidad del mismo orden que la vivienda, la educación y el trabajo, salvo que nuestro cuerpo nos lo haga saber.  Queda oculta la relación de la salud con las condiciones de vida, la vivienda, el trabajo, la educación como un conjunto del cual forma parte.
Una dificultad quizás es continuar pensando un modelo de gestión en salud, en donde las necesidades y las respuestas están organizadas desde el saber académico y el Estado con las mejores intenciones. La participación popular en la evaluación de las necesidades y en la construcción de respuestas parece otro modo posible, que permitirá la defensa de los legítimos derechos para y por el pueblo, más allá de cualquier especulación.
* Vivian Palmbaum es militante de la Organización Social y Política Lo Pibes

Comentarios