Para Marcha, 20/12/15
Foto: Camila Parodi y Colectiva veinticuatrx
Afuera aumentaba la temperatura, en aquel diciembre, al mismo tiempo que la rebeldía se hacía carne en las calles. Sin otra salida el pueblo golpeaba su rebelión para poner límite a la gestión pública de gobierno que se había desentendido deliberadamente del destino del pueblo durante tantos años, que podríamos fechar con inicio en la dictadura cívico militar de la década del 70.
Y todo tiene un límite: 25% de desocupación, 50% de pobreza, nos habíamos enterado que existía una tasa de riesgo país que en nuestra práctica cotidiana quería decir que comer se estaba volviendo cada vez más inaccesible para aquellos que aún tenían trabajo y ni hablar de los desocupados. Carritos sin caras invadían cada atardecer las ciudades, como fantasmas, juntando las sobras de los desperdicios domésticos para poder alimentarse. Un fragmento de esa historia aún está fresca en nuestras retinas y en nuestros cuerpos, solo fue ayer, hace 14 años.
Hoy el recuerdo adquiere una nueva dimensión, cuando vemos la repetición de las mismas políticas empresarias que se ponen al frente de un país a través de un sistema democrático, que nos condena al legitimar las desigualdades.
14 años después nuestra experiencia se ha transformado en una sabiduría puesta al servicio de la resistencia renovada y creativa frente a la imposición del disciplinamiento con medidas de ajuste de salario, amenaza de pérdidas de puestos de trabajo, reducción de salario, endeudamiento y sometimiento al capital financiero internacional, entre otras. Una partitura de un clásico renovado que bajo nuevas vestiduras circula como una doctrina de maketing efectiva que resuena en el público continental: Cambiemos.
Las organizaciones nacidas en el país de las sombras, privatizaciones y desindustrialización mediante, recuerdan aquel emblemático diciembre del 2001 con renovada creatividad.
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¿Qué quiere decir ajuste?
Construir un sistema alternativo a lo que ofrece el mercado de consumo masivo concentrado en los grandes grupos económicos que saben por ejemplo, que la comida es un negocio asegurado y al mismo tiempo una potencialidad para manipular los humores y las voluntades del pueblo.
Venezuela es hoy la muestra cabal de este hecho. Economía popular es un nombre construido en años de resistencia, subsistencia, solidaridad y pujanza del pueblo para enfrentar la dominación y el hambre.
¿Qué quiere decir ajuste? Trabajadores que se nuclean en cooperativas para recuperar su fuente de trabajo: fábricas recuperadas. Una de las luchas más visibles de la década del 90 que se han constituido en un camino para otros trabajadores que sufrieron el mismo destino: vaciamiento y quiebra de las patronales que los dejan en total desamparo.
¿Qué quiere decir ajuste? Un conjunto de productores de las agriculturas familiares (Gran La Plata), que proveen casi toda la verdura que consumimos en la ciudad, y que pagan precios usurarios por la tierra que explotan y reciben valores irrisorios por su trabajo y viven en condiciones indignas, que por ello decidieron nuclearse para frenar la explotación de manera organizada.
¿Qué quiere decir ajuste? Cartoneros: un oficio nacido de revolver los desechos domésticos para salir de la desocupación. Agrupados conformaron cooperativas de trabajo para pelear por condiciones dignas de trabajo y valores justos por lo que recogen con gran esfuerzo físico.
¿Qué quiere decir ajuste? Una pregunta que el pueblo tuvo que aprender a responder con la lucha, la recuperación de los lazos sociales y solidarios que les permitieron la subsistencia frente a las políticas premeditadas de ausencia del estado. Abunda los oficios que las clases populares han sabido fabricarse
para subsistir, mientras al mismo tiempo aprendían que era por la vía de lo colectivo que había alguna posibilidad de disputa de derechos.
¿Qué quiere decir ajuste? Su recuerdo ha llevado a la construcción de otro modo de economía que esté a favor del pueblo vinculando distintos actores sociales para hacer un poco de justicia a favor de las clases más populares.
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Ni explotados ni explotadores.
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